Y pensé en mi vida. Era otoño. Pensé cómo había dado otra vuelta la noria de la vida. Sí, yo también había dado otra vuelta, había llegado a la época otoñal, yo también era otoño. Pensé como se parecen los ciclos de la Naturaleza a los ciclos de la vida.

La juventud, la primavera de la vida, donde florecen los sueños, los ideales, los primeros amores y los desamores, y en la Naturaleza, el estallido de colores de las flores, con sus rosas y sus espinas, pues además de su belleza y aroma no se libran de sus punzantes espinas, como en la misma vida.

Viene el verano, caliente de amores, a veces hasta tórrido, cuando sube mucho la temperatura. El invierno, es a veces crudo y gélido, es el último ciclo de la vida, pero antes pasaremos por el nostálgico otoño.

El viejo camino del río, el de los amores vividos, se cubre con una capa de hojas amarillentas. En nuestro otoño, también se nos van cayendo poco a poco las hojas de nuestras facultades, pero nos queda todavía el tronco del árbol de la vida. A través de las ramas, de las hojas de los árboles, un rayo de sol ilumina las hojas. Es como un guiño de luz y de esperanza.

En esta época, con el tono de sus paisajes, hay momentos de placidez y de paz que te invitan a escribir y te visita la inspiración, y te abrazas a ella y escribes tu capítulo otoñal en el libro de tu vida, en el que tú eres el principal personaje, eres el protagonista.

Otoño, músicos, pintores y escritores, se inspiran en ti, en tus paisajes de colores ocres, y en tus sensaciones de nostalgia de recuerdos. A veces suenas como las notas melancólicas de un adagio. Después la partitura pasará al hielo del invierno, pero pasará página y regresará a la florida Primavera.

Después de millones y millones de años, sigue girando esta noria de la vida, subiendo y bajando como suben y bajan los estados de ánimo, según el momento y el ciclo de la vida, mientras se va pasando mirando el paisaje .

Recuerdo que cuando era niño, alguna vez le preguntaba a mi madre cuando me despertaba:

-Mamá, ¿ hace sol?, Y mi madre me decía:

-Hace un sol radiante.

Entonces me levantaba de un salto.


En el otoño de la vida, hay días de sol y días de lluvia que te calan los huesos doloridos por el paso de los años. Lo importante es que, aunque no salga el gran astro sol, salga siempre el sol de tu interior. A veces pienso en los años que tengo, pero también pienso en los años vividos viviendo el amor, saboreando su ambrosía. He vivido muchas experiencias, de las cuales me quedo con las buenas. Y digo como esa canción: “Gracias a la vida que me ha dado tanto”.

Frank Sinatra cantaba una canción titulada “A MI MANERA”. Entre las cosas que dice esta canción están estas:

Tal vez lloré, o tal vez reí, tal vez gané o tal vez perdí. Ahora sé que fui feliz , que si lloré también amé, voy a seguir hasta el final, a mi manera.

Algún día, por leyes de la vida y de la Naturaleza, todos nos iremos, pero la noria de la vida seguirá girando en su eterno vaivén de idas y venidas.

Otoño, en el último ciclo de la vida, me gustaría ser como tú, retornando a la florida Primavera.

Aquella noche de otoño, pensé en mi vida.

RB