Hoy echo mano del pasado. Como todos los días no son fiesta y las ganas de escribir a veces se tornan perezosas,  he decidido rebuscar entre mis muchos legajos. Me daba no se qué el dejar un hueco vacío en el blog. El no encontrarme con mis amig@s  como cada mañana. 
Por eso, mientras le doy aire a la inspiración y aguardo a que algún colaborador me auxilie, os dejo este poema que se titula     " Cuento poético". 


Cuentan que un día la luna,
cuando estaba descuidada
acicalando su viento,
empolvándose sus caras,
perdió un poco de su luz
que fue a posarse a una rama,
que dormitando en silencio,
en su árbol se encontraba.

Por el resplandor del peso
la rama, sobresaltada,
desencajó sus desvelos
y agitó todas sus alas.

Todo cobró nueva vida:
las hojas blandieron palmas
y los pájaros, al sentirlas,
apresuraron la marcha.

El árbol se despertó
y arremetió su mirada
sobre el pequeño horizonte
de luz que le deslumbraba.

Todo el bosque, poco a poco,
desbordó sus esperanzas
y empezaron a brotar
cantarinas, las escarchas.

Era todo movimiento,
crujir y batir de ramas,
revoloteos de picos,
despertar de madrugadas.

El árbol miró hacia el sol
no viendo su imagen clara
y entre alientos y bostezos
comprendió lo que pasaba.

Pronto el bosque se enteró
de que era noche cerrada
y todo se fue apagando
entre silencios y nanas.

Los árboles se adormecieron,
los pájaros plegaron alas,
las hojas se acurrucaron
y se callaron las ramas.

Tan solo una, en silencio,
contempló ilusionada
el trozo de luz radiante
y lo guardó en sus entrañas. 
Mientras arriba, en el cielo,
la luna, desesperada,
entre sus rostros, su viento
impaciente lo buscaba…




" Hijo de la luna " - Mecano