Vive la vida.

No te dejes amilanar por las hojas marchitas del calendario. No sucumbas al desaliento de un rayo de luz que se apaga entre las sombras. El día sigue viviendo aunque sea sin nosotros.

El sol ha vuelto a brillar suspendido en su universo. La luna ya se ha marchado a descansar la jornada. Todo empieza a brotar a pesar de nuestra ausencia. La vida continúa, siempre existe un porvenir.

Por eso alza los ojos y mírate al espejo. Sonríe a tu silueta y siéntete Afrodita o Adonis por un día. Afuera los complejos.

Viste tus mejores galas,  acicálate de reencuentros. Y aunque ahora mismo no puedes, sueña con brazos abiertos,  con abrazos extendidos que abarquen todo tu ser.

Arrecia tus sentimientos hasta volverlos proclamas.

No te dejes nunca vencer y lucha. Lucha  pero sin armas. Que tu arsenal esté lleno de palabras, de música, de verdad.

Grita a quien te quiera oír que esto se acaba. Que no se apagan las ilusiones. Que todo tiene un final.

Y llena de entusiasmo todo y cuanto te rodea. Tu casa. Tu calle. Tu ciudad. Tu país. Tu mundo. Porque, aunque sea en la distancia, el optimismo contagia mucho más que el propio virus.

Recuerda que después del ayer siempre existirá un mañana. Un mañana rebosante de esperanza, anhelante por vivir.





Marc Anthony - "Vivir mi vida"