Hoy es Domingo de Ramos. DÃa de niños, dÃa de palmas, dÃa de chucherÃas pendientes de un hilo.
Hoy es Domingo de Ramos y las calles y las plazas se llenan de algarabÃa desatada. Y en cada rincón se aturden olores a primavera. Hoy es Domingo de Ramos...
Pero este año las plazas se contemplan vacÃas. Los puestos ambulantes están yermos de palmas, los paraguas de chocolate no tienen hilos por donde escalar. Los niños se esconden tristes tras las ventanas. El silencio grita y el estruendo calla.
DÃa de Ramos ajado, desleÃdo, atormentado. Principio de la Pasión que arrastra, desde hace tiempo, hileras de sufrimiento. Rostros ocultos en llanto, entre tanta sinrazón. Penitentes que desfilan por las ucis del Calvario.
Semana que se va adentrando en nuestro inusual VÃa Crucis. Entrada triunfal que fracasa entre tanto y tanto dolor.
La ilusión se desespera entre notas que nos hablan de prisiones venideras. La voluntad se descuelga por los muros de la desazón. Todo se precipita hacia la Semana Santa. Nuestra peculiar Semana de casi un mes de amargura.
Pero, aunque los ánimos flaqueen y las fuerzas no resistan, un halo de esperanza brotará, seguro, en nuestro interior. Y un dÃa, no muy lejano, despertará la mañana ataviada de alegrÃas, revestida de optimismo, acicalada de vida, henchida de Resurrección.
Hosanna - Camilo Sesto
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