Al escuchar  la canción que hoy proponemos,  me preguntaba si su autor no se adelantó al futuro.

Cuando Victor Manuel escribió la letra, allá por 1993, no se podía imaginar que algún día no solo él, sino la humanidad entera, rimaría con sus versos.

Porque cada día que pasa estamos con más déficit de besos y abrazos.  Y nos preguntamos, tal vez como él,  a dónde se habrán ido... Si nos aguardan camuflados detrás de un sentimiento. Si se han encerrado precipitadamente bajo el brillo de una mirada. Si se refugian en la fría realidad de una despedida. 

Ya no se ven por la calle, ni en los parques, ni en la oscuridad de un cine. Ya no apasionan encuentros, ni celebran triunfos, ni consuelan tristezas.

Besos y abrazos, se han alejado, han partido hacia algún lugar, hacia algún destino que desconocemos.

A lo mejor existe un limbo donde se acumulan, donde nos esperan. Desde donde nos  alientan para que abandonemos nuestro letargo de noches desiertas, de días solitarios. Donde se mueren de ganas por rozar las pálidas mejillas que les pertenecen, por rodear con sus brazos, la voz amiga que con ansia les anhela. 

Aquí, mientras,  seguimos varados. Aguardando el calor de una caricia, el rubor de un alborozo, la pasión agitada de un deseo.

Ojalá no se hayan perdido entre la nada. Ojalá nos sigan deseando. Ojalá pronto, nos despierten sus besos, nos agobien  sus abrazos y nos hagan olvidar con su cercana presencia, la triste realidad que hoy estamos padeciendo . 



A dónde irán los besos - Victor Manuel