A veces el encierro continuado nos lleva a la desesperación. Tantos dÃas, tantas horas, tantos momentos.
Escuchas rumores y no ves salidas. Lees sinrazones y te desalientan. Todo parece abocado a un triste futuro cada vez más incierto, cada vez más oscuro.
Intentas, por todos los medios, arrebatar una migaja de optimismo al pan de la desilusión pero, aunque vaya acompañado de buen vino, esta vez no genera senderos.
Ya no se cumplen ni los refranes: "Al mal tiempo, buena cara". "A quien madruga, Dios le ayuda". "Al que a buen árbol se arrima..." tan solo alguno que otro: "A perro flaco, todo son pulgas."
Estamos en un disloque universal: el fin del mundo, rezarán los devotos. La tormenta perfecta, planificarán los estrategas. Los virus zombies, experimentarán los cientÃficos . Esto está muy chungo, dispondremos los simples mortales.
AsÃ, entre pocas soluciones y tristes desarreglos vamos avanzando hacia otro dÃa más de prisión desorientada.
Pero aunque termines la jornada como yo, frustrado, apagado, derrotado por el simple hecho de haber intentado alentar a quien no quiere aliento, ayudar a quien ya no ansÃa ayuda, empapar de optimismo la aridez del desánimo, debes levantar la mirada y buscar con fuerza un arco iris en el firmamento. La alianza de Dios.
"... Necesito seguir y seguir, y seguir y seguir" alentaba Queen en su grito de Campeones
Porque a pesar de todos los avatares, todas las tristezas, la vida es hermosa y merece la pena luchar, para seguir disfrutando de ella.
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