Esos locos bajitos.

Así definía Joan Manuel Serrat  a los niños, parafraseando a Miguel Gila que fue quien lo acuñó primero.

Estos locos bajitos que se han visto, de la noche a la mañana, recluidos entre cuatro paredes.

Sin entender el porqué, les han cortado las alas y ya  no pueden correr, ni saltar, ni perseguir una pelota en el patio de recreo.

Sin comprender el motivo, les han impedido imaginar historias colectivas con sus compañeros de clase. Han tenido que renunciar a compartir juegos, estudios, esfuerzos.

Sin saber muy bien la causa,  les han convertido su hogar en un colegio, en un parque, en una algarabía solitaria.

Ya no madrugan con el nerviosismo de qué les deparará la mañana pues saben, a ciencia cierta, el resultado. Ya comprenden que el domingo no irán a comer a casa de sus abuelos como lo hacían habitualmente... porque sus profesores, sus padres les han explicado  el motivo de esta sinrazón.

Y tal vez,  en su pequeño y amueblado pensamiento ya han sacado conclusiones:

  • Que los chiflados no son los bajitos sino los mayores.
  • Que lo mejor de este desatino es el poder estar todo el día con papá y con  mamá, disfrutando de ellos las 24 horas.


Un bravo para nuestros pequeños que demuestran estar mucho más cuerdos que los que se creen cuerdos... Dentro, siempre, de su adorable locura.



La vida es bella  - Nicola Piovani


Noa y Miguel Bosé